Muy movido está últimamente el patio político español (central) en relación a lo que hasta ayer era un éxito, hoy es un problema. Vaya, como los políticos que dirigen, y los que esperan dirigir, los destinos de esta España, todavía nuestra, al ser incapaces de hacer frente a los retos globales, a la crisis económica instalada en occidente, y por ende aquí, sin propuestas de consenso ni con una visión de futuro. Se han echado al monte de la especulación y la demagogia baratas, pero efectivas hacia el gran público, embistiendo al régimen autonómico, como si este fuera el gran culpable.
O mucha ignorancia hay en la Madrid (política) o mucho mal político tenemos en este país. Porqué ¿Quién sino ha gobernado la mayoría de comunidades autónomas desde su fundación sino el bipartido PP-PSOE? , Si, ya, el PNV o CiU, en el País Vasco y Cataluña respectivamente, pero no son estos los que reniegan del régimen autonómico. En todo caso, habrá sido la mala gestión, el despilfarro, el clientelismo al que se han dado los gobernantes del PP-PSOE en las diversas comunidades autónomas que han gobernado.
Otro aspecto, menos visible de la cuestión, es la "élite" chupoptera que desde tiempos de Felipe II se instaló en Madrid para vivir a cuenta del espolio de las indias occidentales primero y de la periferia peninsular después. No en vano los polos industriales del país Vaso y Cataluña empujaron a sus respectivas burguesías a hacer frente a la burguesía de toga y espada que señoreaba en la corte de Madrid.
¿Que es España, como estado? Sino un conjunto de intereses económicos, de prestigio y pseudoelitismo que vive a cuenta, y del cuento, de la economía productiva generada en las regiones periféricas de esta España nuestra, todavía. Que con esta ultima crisis económica han visto menguar sus bases, al poner de relieve la duplicidad del estado español; con un estado centralista decimonónico e inútil, y fracasado, superpuesto al estado descentralizado de las autonomías, que ha sido capaz de dar respuestas directas, concretas y eficaces a los problemas de la sociedad española, adecuado en cada caso regional.
Quizá, o seguramente, si queremos evitar duplicidades administrativas deberíamos dar un paso, como país, como nación, hacia un estado federal, concretando muy bien las competencias de la federación y dando más operatividad a cada comunidad autónoma. Colegislando (regiones y federación) en más materias, al ejemplo de la república federal alemana. Y, por tanto, con una verdadera cámara que represente a las regiones, y no la farsa del Senado actual, por accesorio e inútil.
Miquel Nicolau Preto Fernández
Miquel Nicolau Preto Fernández